El Silbo, revista del Tomás Navarro Tomás, reaparece con motivo del 50 cumpleaños del Instituto
Este año el Instituto Tomás Navarro Tomás ha cumplido 50 años y, entre otras actividades, han querido publicar una edición de la revista El Silbo, que constituye junto con la actividad teatral una de las señas de identidad del centro.
El Silbo aparece en 1967 por primera vez como una revista que pretende ser cauce de expresión de la creatividad, del sentido crítico y de la visión de unos jóvenes excepcionales, tal como lo escribe el primer director y profesor de Lengua y Literatura: García Templado. La censura de la época impidió que se siguiera publicando, como el profesor relató en su conferencia de inauguración del cincuentenario.
En 1983, el profesor Rafael Palacios recupera la iniciativa y vuelve a sacar a la luz la revista con el nombre, extraído de la poesía de Miguel Hernández, El Silbo. A lo largo de 30 años esta revista ha ido desgranando los avatares, las inquietudes y vivencias de los jóvenes de varias generaciones, bajo la mirada y la atención del profesor . En cierto sentido la revista es la intrahistoria del Instituto pero también de la sociedad en general.
Con la jubilación de Rafael Palacios cesó la publicación del Silbo; así que este año, coincidiendo con el cincuentenario, Eloy Garrido, profesor de Latín, ha coordinado el trabajo para la reaparición de la revista. En el editorial se presenta como “encomiástica y sentimental”, en el sentido de recordar a través de fotos en blanco y negro y de testimonios escritos lo que fue la vida del Instituto desde su inicio: un centro abierto, con empuje, puntero en cuanto a sus actividades y sus viajes. Un centro por el que han pasado muchos alumnos, que hoy tienen puestos de responsabilidad y otros que desde diferentes lugares escriben recordando su paso por el Tomás. Merece un lugar destacado la actividad teatral llevada a cabo por la profesora María Nieto, quien creó un grupo de teatro estable, del que luego salieron alumnos que han triunfado en este campo.
La mirada nostálgica al pasado y el agradecimiento a los protagonistas de ese pasado, no impide referirse al presente con optimismo y confianza; por eso la revista recoge una selección de fotos en color sobre la vida en y fuera de las aulas, que reflejan el quehacer diario de un Instituto que se adapta a los nuevos tiempos y que combate estereotipos y mitos. Los artículos del ahora nos muestran un centro vivo, plural y dinámico, que mantiene un buen número de actividades, como los viajes, intercambios con Alemania, proyectos de Formación en prácticas en el extranjero para los alumnos de Ciclos, actividades deportivas, excursiones a la Naturaleza, grupo de teatro.
En definitiva El Silbo, tal como aparece en esta edición, es un espejo en el que mirarnos y reconocernos para seguir cumpliendo años en una de las tareas más fascinantes de la vida que es aprender a vivir.